Los objetivos de una empresa son los fines o metas que busca alcanzar una organización para conseguir el éxito y la satisfacción de sus partes interesadas. Se pueden dividir en financieros y no financieros, perteneciendo al primer grupo el aumento de las ganancias, la reducción de los costos y la mejora en el nivel de ventas.
Mientras que, en la segunda categoría es posible encontrar objetivos para un mayor grado de clientes satisfechos, el posicionamiento de la imagen de marca, mejoras en la calidad del producto y servicio ofrecido, entre otros.
En resumen, los objetivos a corto plazo de una empresa sirven para definir una base que ayude a alcanzar las metas de largo plazo. Estos objetivos establecen un marco para la dirección de la organización que ayude a crear un plan de acción que permita llegar a una situación esperada en el futuro.
Por ejemplo, una empresa puede establecer objetivos a corto plazo para aumentar sus ingresos, reducir los gastos y desarrollar nuevos productos. Estas metas ayudan a alcanzar los objetivos de largo plazo, los cuales son el crecimiento de los ingresos, la expansión de los clientes y la mejora en la rentabilidad.
Existen diferentes tipos de objetivos en una empresa, los cuales te mostramos a continuación:
Están vinculados de manera directa con la visión de la empresa, ya que plantean las estrategias generales para llegar a una determinada posición en el futuro. Un ejemplo de este tipo de objetivo es:
Maximizar la rentabilidad de la empresa.
Desarrollar una estructura de liderazgo para garantizar la sostenibilidad y la responsabilidad.
Establecer una presencia exitosa en el mercado
Implementar sistemas de control de gestión para racionalizar el trabajo de la organización.
Desarrollar la calidad y la eficiencia en los procesos.
Establecer un programa de desarrollo de recursos humanos para optimizar el rendimiento del personal.
Fomentar el compromiso del personal con los objetivos de la empresa.
Desarrollar una cultura de innovación para impulsar el desarrollo de la empresa.
Mejorar la imagen de la empresa mediante la atracción de clientes y el mantenimiento de la confianza de los mismos.
Establecer relaciones estratégicas con proveedores, partners y otros actores importantes para el negocio.
Son los encargados de contribuir con acciones que permitan alcanzar los objetivos generales planteados por la dirección de la organización. Por ejemplo:
Mejorar la calidad de los productos o servicios ofrecidos en el corto plazo.
Maximizar las ventas y obtener un mayor flujo de ingresos.
Establecer objetivos de cumplimiento de plazos adecuados.
Establecer una buena comunicación entre todos los miembros del equipo.
Mejorar la gestión del tiempo.
Lograr un nivel óptimo de satisfacción de los clientes.
Cumplir con los estándares de calidad establecidos.
Controlar los costos de producción.
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